viernes, 23 de noviembre de 2012

Fin de la inocencia

Esta mañana al despertar había una mancha de sangre junto a mis pies. Ya no son aquellos pies infantiles que jugaban a caminar por el aire o cruzar, sin mojarse, los ríos más caudalosos. De hoy en adelante debo tener cuidado en dónde piso.

Imagen tomada de la red.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Día lluvioso


No ha dejado de llover en días. A través de la lluvia, la gente parece su espectro, no solo físico, sino emocional. El abuelo dejó de menearse en la silla mecedora y tiene la mirada perdida, pero no hacia afuera, sino hacia adentro: como si mirara un tiempo que pasó hace mucho. Mamá ha dejado de lavar la ropa, pero el cesto de la ropa sucia está vacío; ya no recuerdo cuándo hicimos el último cambio. Sentados a la mesa, hablamos lo indispensable para pasar el pan, la sal o la olla con la sopa. Lo único que por momentos llama la atención es el reloj que no avanza: hace mucho que las agujas están fijas a la misma hora.
 
Imagen tomada de la red