lunes, 27 de enero de 2014

La moraleja del cuento (libro)

Hoy amanecí con un año más. No me había dado cuenta y andaba por la casa como todos los días. Mi nieta Ixchel me llamó a su habitación y, al querer abrazarla, vi que eran dos. “Te presento a mi prima Sofi”, me dijo como si cualquier cosa. Desconcertado, escapé a mirarme en el espejo del baño e inspeccionar si yo era el mismo tipo de la imagen. Cuatro canas nuevas en la barba, la pronunciada redondez de la cintura y el chirrido de bisagra de las rodillas se nombraron mías. “Ve tranquilo”, me dije, “recuerda que ya no tienes edad para este tipo de emociones; acéptalo, quizá sea buen vecino”. Lo hice a nombre de mi padre, al que hace mucho superé en edad; de Walter y Yolanda, tan jóvenes y ausentes; de mis primos Tony y Gabi, que no hace mucho se fueron; de Marco, amigo poeta de ruptura que hace apenas unos días, muy lejos de aquí, guardó su traje oscuro y se vistió de sombra; de mi tío José, que en esta misma fecha dijera estoy bien, desembarco solo; de Olivia, a la que cada noche prometo cuidar y llevar conmigo; de mis dos nietas y mis hijas, a las que cada segundo por venir quiero más; por el canto de musas y sirenas que aún debo escuchar... “Está bien. Bienvenido seas al piso 49 de nuestra existencia compartida”, dije al tipo del espejo. Él, gentil, me abrió la puerta.

Aquí puedes leer o descargar La moraleja del cuento, libro de minificción con portada, prólogo y viñetas de Sergio Astorga.

miércoles, 15 de enero de 2014

En tránsito



Me encuentro en una sala de aeropuerto. Nada me dice por qué estoy aquí. Las horas pasan. Aviones aterrizan o despegan. Nuevos pasajeros cruzan la aduana y se confunden con los miles de personas que van y vienen por los largos pasillos. Un guardia se acerca y me dice que no puedo estar más tiempo aquí, que siga mi camino. Además,  señala las plumas que asoman por debajo de mi gabardina, no olvides que fue un ángel suicida el que provocó  la caída del Concorde.