jueves, 11 de agosto de 2011

Buena memoria


Esta mañana al rasurarme no me encontré en el espejo. La reacción lógica esperada habría sido gritar, llorar, maldecir… pero recordé que hace mucho ―desde que desconfío de mis visiones― me saqué los ojos.

Imagen tomada de la red.

10 comentarios:

Esteban Dublín dijo...

Pobre hombre. Va un abrazo hasta México desde Colombia. Este sábado nos veremos las caras en el Mundial Sub-20.

josé manuel ortiz soto dijo...

Las visiones de la realidad son terribles, Esteban.
Sí, muy cierto; pues que gane el mejor.
Un abrazo; ayer teminé de leer tu libro, excelente en todos los sentidos. El placer de leer los textos en papel, no tiene precio.

Elise Reyna dijo...

Bueno, probado mérito tiene esa mini José Manuel. Un beso

Lola Sanabria dijo...

Empieza uno desconfiando del vecino y acaba no confiando ni en mano derecha ni en su visión. Muy drástico.
Abrazos prevacacionales.

josé manuel ortiz soto dijo...

Elise, gracias. Bueno, recibió el tallereo de la Marina, pero entre tantos textos buenos algunos se cohiben. Al estar en casa, respiran con calma.

Un abrazo.

josé manuel ortiz soto dijo...

Lola, vivimos tiempos difíciles en los que, efectivamente, dice el dicho, no confía uno ni de su sombra. ¿Habrá que quitarse la sombra para ir más tranquilos por la vida? Interesante cuestionamiento.
Un abrazo.

Pablo Gonz dijo...

Cría cuervos para tus ojos... No, ¿cómo era?

josé manuel ortiz soto dijo...

Más o menos, Pablo. Aunque lo mejor sería crear cuervos y venderlos a buen precio.

Un abrazo.

josé manuel ortiz soto dijo...

Ah, bueno: crear o criar, por ahí va la cosa.

Rosìo dijo...

a veces si...màs valdrìa...beso.