martes, 22 de septiembre de 2015

Comenzar la jornada


—¿Por qué estudiaste medicina? —pregunta la mujer, descruzando las piernas, como en aquella escena memorable de una película cuyo nombre no recuerda.
—Es una larga historia —maldice en silencio, devuelve la mirada a la lista enorme de pacientes aún por consultar.
No acababa de entender por qué las mujeres guapas siempre están al comienzo de la jornada, y nunca al cuarto para la hora de salida, cuando la soledad se hace más grande y dan ganas de tomar un café acompañado.