lunes, 21 de julio de 2014

El gusano de la manzana


―¡Es un mal ejemplo para los demás! ―señaló la maestra con una voz potente y estruendosa que no le conocía.

No obstante ser el más alto y valiente del grupo, me fui haciendo chiquitito. Pero no lo suficiente como para desaparecer bajo la puerta, y esquivar el silencio frío de mis padres que, a su manera, me señalaban.