jueves, 19 de septiembre de 2013

Dos minis del "Terremoto del 85"



I Retorno*

He vuelto a la ciudad después de tantos años. El terremoto del ‘85 pudo más que mi débil resistencia. Media mañana hurgando entre los escombros fue todo lo que pude soportar, después me encerré en mi apartamento hasta que la voz de Ángeles me sacó del ensimismamiento. Manuel, no puedo más, me voy, se lamentó. Hicimos un amor desolado y triste, huérfano del deseo de otros tiempos. Esa noche eché llave al apartamento y salí dispuesto a no volver jamás.


Estación Tlatelolco**

El segundo terremoto me encontró en la cama con Ángeles. Después de haber visto colapsar la torre de ginecología del Hospital General, cualquier cosa podía pasar. Si alguna vez estuve preparado para morir, fue entonces. Solo las lágrimas de mi novia, muerta el día anterior, amargaron un poco lo especial de aquel momento.


*De La mañana que salí a comprar cigarros
**De Línea 3: Indios Verdes-Universidad

sábado, 14 de septiembre de 2013

Acto de malabarismo


El chiquillo —la cara pintada, nariz roja, cuatro pelotas en las manos— espera el cambio de luz del semáforo y salta al arroyo de autos, aún en movimiento. Cuando arroja al aire la primera pelota, el tiempo se detiene. Por un momento creo que somos gránulos de arena en un desierto imaginario, aguardando a que alguien nos piense. 

Imagen tomada de la red

miércoles, 4 de septiembre de 2013