viernes, 22 de diciembre de 2017

12 La cueva del padre Torres [Cuerámaro, Gto.]


En la boca de la cueva, a contraluz de la luna se dibuja la figura de un caballo con su jinete, aproximándose a gran velocidad. A punto de que lo arrollen, bestia y hombre se dispersan en una enorme nube de murciélagos, que pasan chillando por encima de su cabeza. Mientras aquel ruido atroz se disipa, el joven se aferra al piso frío de la cueva. Suspira. Sabe que faltan algunas horas para que amanezca, y al fin pueda bajar al pueblo de Cuerámaro a reclamar la apuesta.

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