I Retorno*
He vuelto a la ciudad después de
tantos años. El terremoto del ‘85 pudo más que mi débil resistencia. Media
mañana hurgando entre los escombros fue todo lo que pude soportar, después me
encerré en mi apartamento hasta que la voz de Ángeles me sacó del
ensimismamiento. Manuel, no puedo más, me voy, se lamentó. Hicimos un amor
desolado y triste, huérfano del deseo de otros tiempos. Esa noche eché llave al
apartamento y salí dispuesto a no volver jamás.
Estación Tlatelolco**
El segundo terremoto
me encontró en la cama con Ángeles. Después de haber visto colapsar la torre de ginecología del Hospital General, cualquier cosa podía pasar. Si alguna vez estuve preparado para morir, fue entonces. Solo
las lágrimas de mi novia, muerta el día anterior, amargaron un poco lo especial de aquel momento.
*De La mañana que salí a comprar cigarros
**De Línea 3: Indios Verdes-Universidad