No sé en qué momento me
convertí en el amante de mi mujer, sólo sé que un día en sus conversaciones
telefónicas con “el otro”, ella evitaba toda referencia a nosotros… más bien a
mí. Que si salíamos a bailar, le decía que estaba en una reunión con sus amigas
de la facultad, que si su llamada interrumpía nuestra intimidad, le daba las
gracias por haberla despertado de una pesadilla… Quisiera darle más
detalles, pero Eugenia está como loca, dice que su marido ya viene para la casa,
sospecha que yo estoy aquí y trae un arma.
Insomnio de Edgar Allan Poe —Never-dormir, never-dormir, never-dormir... -grazna el cuervo.
jueves, 18 de febrero de 2016
jueves, 4 de febrero de 2016
Naufragio en tierra firme
Terminó de escribir su enésimo libro y, al igual que hiciera con todos los libros anteriores, lo metió en un frasco de conservas y lo almacenó en la alhacena-biblioteca. Ese año, la temporada de ciclones fue especialmente cruel. Una mañana mientras trabajaba en la construcción de su nueva casa, recibió una carta: le comunicaban que su obra había merecido por unanimidad el Premio de Náufragos Lectores. "En breve le haremos llegar hasta su domicilio una considerable dotación de botellas de vino vacías y sus corchos", terminaba la carta.
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