―La vida aquí no es fácil ―musitó el árbol más sabio de la isla y mostró a los visitantes sus oscuras cicatrices―. Si no son los temblores que retuercen la tierra desde las entrañas, es la montaña con sus vómitos ardientes o el océano con sus olas devastadoras. Debemos aceptarlo, la Naturaleza es voluble.
Tras escuchar al viejo cedro, los náufragos elogiaron su sapiencia. No podría haber mejor canoa para llevarlos de regreso al continente.
Imagen tomada de la red.
21 comentarios:
Muy triste, muy bueno.
¡Bravo José Manuel!
Excelente micro, José Manuel. Tiene todas sus piezas y en su sitio. Prosa depurada. Y una imagen para guardar en la memoria: "los temblores que retuercen la tierra".
Un admirado abrazo,
PABLO GONZ
Bien narrado, bien hilado, bien finalizado. Un cuento magnífico, José Manuel.
Patricia: cortar un árbol siempre será triste, y más si se trata de uno sabio.
Un abrazo y un beso.
Pablo, gracias por tu comentario.
¿Cómo olvidar el terremoto de 1985 en la Ciudad de México? Ver cómo se derrumba un edificio frente a ti
te dice lo insignificante que somos ante la Naturaleza.
Un abrazo.
Esteban, gracias por tu comentario.
Invita a continuar haciendo esto que tanto nos gusta, escribir.
¿Cuándo habrá posibilidad de que leamos por acá tu libro?
Un abrazo.
José Manuel, no sé si la editorial tenga distribución en México. Lo que podría decirte es que si tienes algún conocido en Colombia, le pides que te lo compre. Me puedes contactar a estebandublin@hotmail.com. Abrazos.
Déjame ver esa posibilidad, Esteban: parece que es posible.
Saludos.
Muy buen micro, lleno de imágenes a las que asirse con fuerza. El árbol-canoa, un final inesperado, por el cual te felicito.
Un saludo
Anónima, la Naturaleza da para mucho. Por desgracia hasta para canoas.
Saludos.
Cruel, como la naturaleza.
Excelente cuento, José. Felicitaciones.
¿Qué no lo es, Mónica? Todo depende desde la perspectiva que lo miremos.
Saludos. Siempre será un gusto que andes por esta tu casa.
Abrazos.
Desde luego la elección que hicieron no pudo ser más adecuada. Otra cosa es lo que sintiera el árbol.
Saludos
Dicen que todo es de acuerdo al cristal desde el que se le vea.
Fatal para el árbol, pero fortuna para los náufragos.
Saludos, Miguel. Un gusto verte por acá.
En la isla que yo vivo los árboles esperan que una grieta abra la isla por la mitad, no sé si ir preparando mi canoa.
En Sicilia decían "natura es natura"
Excelente micro
Un abrazo
Gracias, Anita.
La Naturaleza, aunque a veces permite nuestros disvaríos, sabe muy bien lo que debe hacer. ¡Cuidado y nos tome desprevenidos!
Un abrazo.
Fui la primera en decir que es un Gran Micro.
Te abrazo José Manuel.
Buen micro, José Manuel. Un reflejo de la naturaleza que hace pensar. Enhorabuena.
Por cierto, es un placer compartir contigo publicación en A Contrapalabra. Felicidades también por tus versos. Un abrazo.
Patricia, así fue. Que bueno que te haya gustado. A mí me recuerda mucho esos árboles parlantes que se ven en algunas películas.
Un abrazo.
Maite, por desgracia, aunque la Naturaleza nos grita directamente a la cara, parece que no entendemos -o no queremos hacerlo-. Y ahí están las consecuencias.
Un abrazo poético.
Hola José Manuel
Quería invitarte a que pases por mi blog y leas la narración homenaje a todos los compañeros de anónima: http://azullavable.blogspot.com/2010/10/ejercitando-la-derrota.html
Saludos
Julio
Julio, claro que me doy una vuelta.
Saludos.
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