El hechicero acaba de morir. Los jóvenes varones de la tribu reclaman para sí la vacante. Según milenaria tradición, el elegido será aquel que devuelva al viejo y carcomido rostro del difunto la juventud perdida.
Tras cada intento fallido, uno a uno los aspirantes son sacrificados. Ungido con la sangre derramada en la hecatombe, un nuevo y apuesto hechicero resucita.
Imagen tomada de la red.
17 comentarios:
Tradición poco democrática. El hechicero seguirá en cruel perpetuidad.
Sencillo e impactante relato.
Besos a pares.
No me extraña lo milenario de la tradición, cuando los hechiceros toman para sí el poder, tarea de dioses quitárselo.
Un placer leerte José Manuel.
Buen micro. excelente narración.
No es extraño lo que pasa, y pasa en todos lados: los jóvenes son siempre los sacrificados.
Un abrazo, José Manuel.
Hola, José Manuel. Un gran micro para el filandón. El último. Espero que sea una señal para que este evento, como un fénix, vuelva a resurgir.
Un abrazo
Vaya con el hechicero, sí que sabía cocer bien las habas.
Excelente micro, no por nada lo elegí en su momento para la porra.
Saludos.
Qué pillo era el hechicero.
Como siempre, el Poder engaña al pueblo.
Un abrazo.
No hay que fiarse de los hechiceros. Muy bueno.
Besos, mil.
JOsé Manuel, qué buen microrrelato te aventaste; el final es contundente.
Un abrazo.
Gemelas, todavía no sé de un gobierno (político o religioso) que sea democrático. Ahí está la historia que no me deja mentir.
Abrazos.
Patricia, por eso las intrigas, revoluciones, etc. Una vez conocidas las mieles del poder, nadie quiere dejarlo y hará hasta lo imposible por conservarlo.
Abrazos y gracias por difundir el blog de médicos.
Mónica, esa es la parte de la historia: a los jóvenes siempre se los usa según convenga. Y sí, ocurre en todas partes.
Abrazos.
Gracias, Alberto. El Filandón fue un excelente evento y seguirá renaciendo, de eso no hay duda. Nos seguimos leyendo.
Abrazos.
Sí, Gabriel, lo recuerdo bien. Eso de las máscaras fue un tema que dio para muchas historias.
Saludos.
Torcuato, y como siempre el poder hace del pueblo lo que quiere. Los líderes son "castas divinas".
Saludos.
No, Lola, no hay que fiarse de los hechiceros, aunque tampoco de aquellos que aspirantes a hechiceros, que ya algunas mañanas habrán aprendido.
Abrazos.
Gracias, Baizabal, este texto es resultado del trabajo que se realiza en La Marina de Ficticia.
Abrazos, y felicidades por tus micros antologados.
Ex-ce-len-te.
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