Antes y después de Monterroso
—Lo que usted propone, es absurdo
—dijo el hombrecillo de ojos saltones, narinas amplias y resoplidos en la
respiración, mientras balanceaba la cola de un lado para otro—. ¡Una reverenda
barbaridad! ¡Ahora resulta que descendemos de la raza humana! ¡Ya quisiera ver
a una mujer parir un tiranosaurio!
Imagen tomada de la red.
2 comentarios:
¡Muy bueno, José Manuel!
Me has arrancado una sonrisa de complicidad con este desafío intelectual a todos aquellos que aún -por increíble que parezca- niegan la teoría de la evolución.
El título, un acierto doble.
Un saludo,
Pedro, a estas alturas somos una mezcla de conocimientos y es imposible negarse.
Un abrazo.
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