El hombre detuvo el trineo e hizo una seña a
la mujer para que se acercara.
―¿También trabajando
en Nochebuena?
Ella habría querido
decirle que necesitaba el dinero, que la vida en las calles es dura y acaba pronto
con la juventud, pero...
―Mejor sube y hazme
compañía ―interrumpió el gordo sus cavilaciones―. Trescientos sesenta y cinco días de asueto son
demasiado tiempo, aún para un ermitaño como yo.
Imagen tomada de la red.
4 comentarios:
Siempre me he preguntado hasta que punto la suma de las soledades acaba siendo una compañía, José Manuel.
Un micro que transita por las tristezas de la navidad.
¡Muy bueno!
Un abrazo,
Pedro, siempre nos presentan al gordo Santa como un hombre bonachón, pero la soledad es canija, y las tentaciones al visitarnos, también.
Saludos y un feliz año que termina y un próximo con muchos logros, salud, dinero y textos.
Es una Micro excelente, porque siempre vemos la faceta del santa solo cada año y los demas seguramente preparando el viaje anual... Un dia en la vida no hace daño. Pero tambien impresiona la soledad y el apremio economico de la sexoservidora. Un abrazo mi buen Manolo
rub
www.senddero.wordpress.com
Rubén, podríamos decir que Santa también tiene su corazoncito, y la mujer necesita del dinero.
Un abrazo.
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