—Doctor, a veces siento que
no estoy aquí.
El médico aparta la vista del cuadernillo de notas y comprueba que, efectivamente, el diván está
vacío. Pregunta a su secretaria por teléfono si vio salir a alguien del
consultorio. La joven —que ignoraba que el doctor había llegado—, abre la
puerta del despacho y comprueba que, como creía, allí no hay nadie. Dice
consecuente:
—¿Otra vez de bromista, doctor? —escucha voces en la
recepción; agrega―: Creo que ya llegó su paciente.
Cierra la puerta y sale.
Desde su sitio al lado del diván, el psiquiatra vuelve a
hojear sus notas.
—… me decía…
—… que a veces siento que no soy yo…
—Siempre resulta complicado no ser nadie, señora —dice al
vacío que rodea aquella oscuridad absoluta.
*I Antología Triple C, Macedonia, 2012.