lunes, 7 de abril de 2014

Historia de un castillo en ruinas


Había en las ruinas de aquel castillo medieval un aire tétrico y sombrío, también algo de esa falsa irrealidad de los sueños que, inconscientemente, se han repetido muchas veces.
―Tras la desaparición de su prometido en campaña, la princesa se recluyó en una almena, donde murió de soledad ―contaba el guía.
La familiaridad de aquella historia me llevó a dar un paso al frente y contradecir al narrador.
―En realidad, la historia sucedió de una manera muy diferente ―dije al grupo de turistas―. Enamorado de una mujer de un tiempo futuro, el príncipe fue en su búsqueda. Aunque fracasó en su empresa, le fue imposible regresar para reconciliarse con su antigua prometida.
Como si lo hubiera despojado de lo más valioso de su vida, el guía de turistas se me quedó viendo, rencoroso.
―Te estaba esperando, maldito ―gruñó, desenvainó su espada y me atravesó con ella. 
―¿Acaso me condenas a morir por robarte un trozo de historia? ―chillé, la vida derramada por el piso.
―¡Tarde o temprano el canalla vuelve al sitio de donde salió! ¿Por qué tendrías que ser tú la excepción?
Cumplida su venganza, el falso guía de turistas, convertido ahora en dragón, se abrió paso entre la multitud.
Nunca imaginé que aquel gigante de fuego al que perdoné la vida, estuviera enamorado de mi fiel princesa.
 

4 comentarios:

Patricia Nasello dijo...

Precioso!

Unknown dijo...

Magistral relato.

josé manuel ortiz soto dijo...

Patricia: gracias, amiga. De esas minis a las que el reposo ayuda mucho. Un abrazo.

josé manuel ortiz soto dijo...

Carlos, gracias por tu lectura y comentario. A veces salen las cosas, sobre todo cuando gustan a alguien que no es uno.
Un abrazo.