Ahora que lo dices, mi abuelo, músico, quiso enseñarme, pero me negué y no aprendí. Después, medio tomé clases de guitarra y con los rudimentos que sé me ha alcanzado para poner música a mis letras. Me arrepiento de no haber aprendido las lecciones del abuelo, aunque mi rebeldía me llevó a buscar asilo en las letras.
10 comentarios:
Cuestión de nota, buena o mala, al fin y al cabo.
Blogsaludos
En mi juventud anduve desafinando pero cuando percibí que en derredor mío todo desafinaba, rápidamente aprendí a cantar, ja ja.
Impecable micro
Un beso José Manuel
Si les regala la vista, poco importa las cuestiones de oído.
Nos encanta tu juego de palabras.
Besos a pares.
muy bueno todo el blog
Suele suceder!
Muy bueno Manuel!
Abrazo.
Adivín, la vida es resultado de notas: buenas o malas, y además depende de quién las vea.
Saludos.
Ahora que lo dices, mi abuelo, músico, quiso enseñarme, pero me negué y no aprendí. Después, medio tomé clases de guitarra y con los rudimentos que sé me ha alcanzado para poner música a mis letras. Me arrepiento de no haber aprendido las lecciones del abuelo, aunque mi rebeldía me llevó a buscar asilo en las letras.
Un abrazo.
Gemelas, la belleza también tiene sus buenas notas visuales, eso que ni qué. Un abrazo múltiple.
Joaquín, un gusto verte por aquí, y gracias por el comentario. Tratamos de hacerlo bien, aunque no siempre salen las cosas.
Un abrazo.
Rosio, así es: suele suceder, y quizás más de lo que debiera. Aunque para todo hay gustos.
Un abrazo.
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